Por cada país que pasas yo estoy; porque
antes de que suceda, juntos lo soñamos.
Reflexiones sobre
algún lugar donde se estuvo, donde se está o donde se estará, a cargo de
escritores y artistas de lengua castellana.
Muchas veces pasa
inadvertido el lugar en que se habita. Se le tiene sobrentendido, además de subestimado.
Pero ese entorno exterior fundamenta según ideas, creencias y ambiente la estabilidad
de la condición interna del hombre, tipo la homeostasis (1). La metáfora alude
a la perspectiva que se tiene de un lugar con el equilibrio emocional.
DONDE SE ESTUVO
El eterno César Vallejo en su poema Telúrica y magnética hace una tierna evocación
de los andes peruanos, su terruño:
¡Mecánica
sincera y peruanísima/ la del cerro colorado!/ ¡Suelo teórico y práctico!/ ¡Surcos
inteligentes; ejemplo: el monolito y su cortejo!/ ¡Papales, cebadales,
alfalfares, cosa buena!/ ¡Cultivos que integra una asombrosa jerarquía de
útiles/ y que integran con viento los mujidos,/ las aguas con su sorda
antigüedad!
|
César Vallejo |
Si se termina de
leer el poema se verá que no se trata de la nostalgia por su tierra, se trata como
dice el crítico Raúl Prada, la remembranza como
defensa, la descripción gentil de donde viene para afrontar su presente. Vallejo
cada vez más joven, cada vez más humano.
Otro Indoamericano, el vate Pablo
Neruda en el poema Cuándo de Chile,
a viva voz, pregunta a su pueblo:
“Pueblo mío, verdad que en primavera/ suena mi nombre en tus oídos/ y tú
me reconoces/ como si fuera un río/ que pasa por tu puerta?”
El mismo poeta lo comenta así:
«Bueno, me
parece que hemos hablado mucho o tal vez yo he hablado demasiado, esta mañana,
esta tarde, esta noche en tu casa. Sin embargo me gustaría leerte otros versos,
ya muy antiguos, de mi poesía, pero escritos en momentos extraños para mí, en
el destierro. Son un poema de nostalgia, de amor y de lucha. Son versos que yo
llamé "Cuándo de Chile"; extraña cosa, los escribí en el tren, en un
tren legendario. Lo escribí en el tren transiberiano, ese largo tren que tarda
ocho y diez días en cruzar la inmensa Unión Soviética, llegando hasta Mongolia
y hasta el Pacífico, el Pacífico ruso.
«En aquellos
días había un estado duro en mi país; era el tiempo de Pisagua, de la represión
y de la traición. Yo viví en la ilegalidad por mucho tiempo tomando mi posición
de lucha desde allí mismo y luego, más y más perseguido, pude salir de Chile y
permanecer en el destierro algunos años. Escribí entonces estos versos que
toman como ritmo inicial y final, una antigua melodía chilena, baile y canción,
que se llamaba "El Cuándo". "El Cuándo" dejó, hace muchos
años, de cantarse y bailarse, pero aquí revive en mis versos, con una
entonación de tristeza, de alegría y de recuerdo; no olviden que estos versos
son de otra época y están escritos muy lejos de la patria.»
“En Comala
comprendí/ que al lugar donde has sido feliz/ no debieras tratar de volver.” (2)
Cabe la posibilidad
de que no se vuelvan a repetir los buenos momentos que se tienen de un lugar
cuando se le visitó por primera vez. Al estar esperanzado de pasar igual o más
momentos de contento o gozo se puede caer en el error. Las cosas pueden
cambiar.
DONDE SE ESTÁ
Gabriel García Márquez en Cien años de
soledad, pone el siguiente diálogo entre Úrsula Iguarán y Juan Arcadio
Buendía, fundadores de Macondo (3), al decidir si quedarse o irse por las adversidades
que le ponía la nueva tierra:
«-No nos
iremos –dijo-. Aquí nos quedamos, porque aquí hemos tenido un hijo.
«-Todavía no
tenemos un muerto –dijo él-. Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un
muerto bajo la tierra.
«Úrsula replicó,
con suave firmeza:
«-Si es
necesario que yo muera para que se queden aquí, me muero.»
(Gabriel García Márquez. Cien años de soledad. Octava edición. España. Plaza & Janes, S. A. Editores, 1978, 18.)
|
Gabriel García Márquez. |
Más por terquedad de
emoción que de razón de la mujer, los fundadores se quedaron en Macondo, y ya
se sabe como acabó su descendencia por no advertir lo que dijo Juan Arcadio
Buendía.
Empero, la
satisfacción inconmensurable del lugar en donde se está, es la de sentirse en
el hogar. Como bien lo dice en el poema Retrato, Antonio Machado:
“Y al cabo,
nada os debo; debéisme cuanto he escrito./ A mi trabajo acudo, con mi dinero
pago/ el traje que me cubre y la mansión que habito,/ el pan que me alimenta y
el lecho en donde yago.”
DONDE SE ESTARÁ
A la sazón, tres
ejemplo:
“No me siento extranjero en ningún lugar,/ donde haya
lumbre y vino tengo mi hogar./ Y para no olvidarme de lo que fui/ mi patria y
mi guitarra las llevo en mí./ Una es fuerte y es fiel,/ la otra un papel.”
“Nunca me he sentido un extranjero en Europa y, en
verdad, en ninguna parte (…) Siempre he hallado una querencia donde podía vivir
en paz y trabajando, aprender cosas, alentar ilusiones, encontrar amigos,
buenas lecturas, y temas para escribir.”
El inolvidable Facundo Cabral en el álbum Ferrocabral (1984) manifiesta lo
siguiente:
“No soy de aquí/ ni soy de allá/ no tengo edad/ ni
porvenir,/ y ser feliz/ es mi color/ de identidad.”
Por no decir
ciudadanos del mundo, ya que eso a Cabral le molestaba, aunque a Vargas Llosa
le fascina; estos ejemplos son de hombres universales. No se debe de entenderlo
en el sentido negativo, que no son de ninguna parte; sino en el positivo, que
en el lugar que se encuentren se sentirán nativos.
Muchas veces la
naturaleza del hombre convoca la ambición, a desear lo ajeno por creerlo mejor
a que lo se tiene, a la necesidad de venderse, de alinearse. En referencia a la morada deseada dice Amado Nervo (4):
“Eres mía: nacimos de un
mismo arcano/ y vamos, desdeñosos de cuanto existe,/ en pos de ese brumoso país
lejano,/ regido por un viejo monarca triste...”
En varias
entrevistas el escritor peruano Alfredo
Bryce Echenique ha referido su desapego por el folclore, el color local, que
es el discurso exacerbado de "lo nuestro”. Siendo, también, hombre universal, le
da mayor importancia a quien está en un lugar que al propio lugar:
“Yo no viajo a
países, viajo a amigos”.
¿Pero cómo
comprender a un lugar y a su gente? El irresistible, en la distancia corta, Antonio
Gala indica una posible respuesta:
“Cada vez que llego a una ciudad siempre me intereso
por los cementerios y por los mercados. Ver cómo los vivos se mantienen y ver
cómo, de alguna manera, mantienen a sus muertos me parece que define bastante a
un pueblo.” (5)
|
Antonio Gala. |
ÚLTIMA MORADA
El poeta español Luis Cernuda imaginó
así su última morada:
“Donde habite el olvido,/ en los vastos jardines
sin aurora;/ donde yo sólo sea/ memoria de una piedra sepultada entre ortigas/ sobre
la cual el viento escapa a sus insomnios.”
Y en contraposición,
y a modo de provocación, Jorge Luis Borges,
el maestro Borges, no cree en la morada sino en personas para lograr el
descanso y la eternidad.
Inscripción en cualquier sepulcro
No
arriesgue el mármol temerario
gárrulas
transgresiones al todopoder del olvido,
enumerando
con prolijidad
el
nombre, la opinión, los acontecimientos, la patria.
Tanto
abalorio bien adjudicado está a la tiniebla
y el
mármol no hable lo que callan los hombres.
Lo
esencial de la vida fenecida
-la
trémula esperanza,
el
milagro implacable del dolor y el asombro del goce-
siempre
perdurará.
Ciegamente
reclama duración el alma arbitraria
cuando
la tiene asegurada en vidas ajenas,
cuando tú mismo eres
el espejo y la réplica
de quienes no
alcanzaron tu tiempo
y otros serán (y
son) tu inmortalidad en la tierra.
______
NOTAS:
(1) Homeostasis (RAE):
1.
f. Biol. Conjunto de fenómenos de
autorregulación, que conducen al mantenimiento de la constancia en la
composición y propiedades del medio interno de un organismo.
2. f. Autorregulación de la constancia de
las propiedades de otros sistemas influidos por agentes exteriores.
(2)
La referencia de Comala, es por la ciudad inventada en la novela Pedro Páramo
de Juan Rulfo. Dolores, madre de Pedro Preciado, motiva a su hijo que busque a
su padre, Pedro Páramo, en aquella ciudad maravillosa. Al llegar Pedro a la
ciudad, ésta no era más que fantasmal, poblada de murmullos y lamentos.
(3)
Otra ciudad inventada, y perteneciente al movimiento literario del Realismo
mágico.