jueves, enero 01, 2015

HOMEOSTASIS

Por cada país que pasas yo estoy; porque
antes de que suceda, juntos lo soñamos.

 
Reflexiones sobre algún lugar donde se estuvo, donde se está o donde se estará, a cargo de escritores y artistas de lengua castellana. 

Muchas veces pasa inadvertido el lugar en que se habita. Se le tiene sobrentendido, además de subestimado. Pero ese entorno exterior fundamenta según ideas, creencias y ambiente la estabilidad de la condición interna del hombre, tipo la homeostasis (1). La metáfora alude a la perspectiva que se tiene de un lugar con el equilibrio emocional.

 
DONDE SE ESTUVO
 
El eterno César Vallejo en su poema Telúrica y magnética hace una tierna evocación de los andes peruanos, su terruño:
¡Mecánica sincera y peruanísima/ la del cerro colorado!/ ¡Suelo teórico y práctico!/ ¡Surcos inteligentes; ejemplo: el monolito y su cortejo!/ ¡Papales, cebadales, alfalfares, cosa buena!/ ¡Cultivos que integra una asombrosa jerarquía de útiles/ y que integran con viento los mujidos,/ las aguas con su sorda antigüedad!
 
César Vallejo
Si se termina de leer el poema se verá que no se trata de la nostalgia por su tierra, se trata como dice el crítico Raúl Prada, la remembranza como defensa, la descripción gentil de donde viene para afrontar su presente. Vallejo cada vez más joven, cada vez más humano.
 
Otro Indoamericano, el vate Pablo Neruda en el poema Cuándo de Chile, a viva voz, pregunta a su pueblo:
“Pueblo mío, verdad que en primavera/ suena mi nombre en tus oídos/ y tú me reconoces/ como si fuera un río/ que pasa por tu puerta?”
 
El mismo poeta lo comenta así:
«Bueno, me parece que hemos hablado mucho o tal vez yo he hablado demasiado, esta mañana, esta tarde, esta noche en tu casa. Sin embargo me gustaría leerte otros versos, ya muy antiguos, de mi poesía, pero escritos en momentos extraños para mí, en el destierro. Son un poema de nostalgia, de amor y de lucha. Son versos que yo llamé "Cuándo de Chile"; extraña cosa, los escribí en el tren, en un tren legendario. Lo escribí en el tren transiberiano, ese largo tren que tarda ocho y diez días en cruzar la inmensa Unión Soviética, llegando hasta Mongolia y hasta el Pacífico, el Pacífico ruso.
«En aquellos días había un estado duro en mi país; era el tiempo de Pisagua, de la represión y de la traición. Yo viví en la ilegalidad por mucho tiempo tomando mi posición de lucha desde allí mismo y luego, más y más perseguido, pude salir de Chile y permanecer en el destierro algunos años. Escribí entonces estos versos que toman como ritmo inicial y final, una antigua melodía chilena, baile y canción, que se llamaba "El Cuándo". "El Cuándo" dejó, hace muchos años, de cantarse y bailarse, pero aquí revive en mis versos, con una entonación de tristeza, de alegría y de recuerdo; no olviden que estos versos son de otra época y están escritos muy lejos de la patria.»
 
En la canción Peces de ciudad, Joaquín Sabina, escribe:
“En Comala comprendí/ que al lugar donde has sido feliz/ no debieras tratar de volver.” (2)
 
Cabe la posibilidad de que no se vuelvan a repetir los buenos momentos que se tienen de un lugar cuando se le visitó por primera vez. Al estar esperanzado de pasar igual o más momentos de contento o gozo se puede caer en el error. Las cosas pueden cambiar.
 
 
DONDE SE ESTÁ
 
Gabriel García Márquez en Cien años de soledad, pone el siguiente diálogo entre Úrsula Iguarán y Juan Arcadio Buendía, fundadores de Macondo (3), al decidir si quedarse o irse por las adversidades que le ponía la nueva tierra:
«-No nos iremos –dijo-. Aquí nos quedamos, porque aquí hemos tenido un hijo.
«-Todavía no tenemos un muerto –dijo él-. Uno no es de ninguna parte mientras no tenga un muerto bajo la tierra.
«Úrsula replicó, con suave firmeza:
«-Si es necesario que yo muera para que se queden aquí, me muero.»
(Gabriel García Márquez. Cien años de soledad. Octava edición. España. Plaza & Janes, S. A. Editores, 1978, 18.)

Gabriel García Márquez.
Más por terquedad de emoción que de razón de la mujer, los fundadores se quedaron en Macondo, y ya se sabe como acabó su descendencia por no advertir lo que dijo Juan Arcadio Buendía.
 
Empero, la satisfacción inconmensurable del lugar en donde se está, es la de sentirse en el hogar. Como bien lo dice en el poema RetratoAntonio Machado 
“Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito./ A mi trabajo acudo, con mi dinero pago/ el traje que me cubre y la mansión que habito,/ el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.”
 
 
DONDE SE ESTARÁ
 
A la sazón, tres ejemplo:
 
Joan Manuel Serrat, en la canción Vagabundear.
“No me siento extranjero en ningún lugar,/ donde haya lumbre y vino tengo mi hogar./ Y para no olvidarme de lo que fui/ mi patria y mi guitarra las llevo en mí./ Una es fuerte y es fiel,/ la otra un papel.”
 
El en discurso Elogio de la lectura y la ficción pronunciado por Mario Vargas Llosa al recibir el Premio Nobel de Literatura 2010, dijo:
“Nunca me he sentido un extranjero en Europa y, en verdad, en ninguna parte (…) Siempre he hallado una querencia donde podía vivir en paz y trabajando, aprender cosas, alentar ilusiones, encontrar amigos, buenas lecturas, y temas para escribir.”
 
El inolvidable Facundo Cabral en el álbum Ferrocabral (1984) manifiesta lo siguiente:
“No soy de aquí/ ni soy de allá/ no tengo edad/ ni porvenir,/ y ser feliz/ es mi color/ de identidad.”
 
Por no decir ciudadanos del mundo, ya que eso a Cabral le molestaba, aunque a Vargas Llosa le fascina; estos ejemplos son de hombres universales. No se debe de entenderlo en el sentido negativo, que no son de ninguna parte; sino en el positivo, que en el lugar que se encuentren se sentirán nativos.

Muchas veces la naturaleza del hombre convoca la ambición, a desear lo ajeno por creerlo mejor a que lo se tiene, a la necesidad de venderse, de alinearse. En referencia a la morada deseada dice Amado Nervo (4):
Eres mía: nacimos de un mismo arcano/ y vamos, desdeñosos de cuanto existe,/ en pos de ese brumoso país lejano,/ regido por un viejo monarca triste...”
 
En varias entrevistas el escritor peruano Alfredo Bryce Echenique ha referido su desapego por el folclore, el color local, que es el discurso exacerbado de "lo nuestro”. Siendo, también, hombre universal, le da mayor importancia a quien está en un lugar que al propio lugar:
 “Yo no viajo a países, viajo a amigos”.
 
¿Pero cómo comprender a un lugar y a su gente? El irresistible, en la distancia corta,  Antonio Gala indica una posible respuesta:
“Cada vez que llego a una ciudad siempre me intereso por los cementerios y por los mercados. Ver cómo los vivos se mantienen y ver cómo, de alguna manera, mantienen a sus muertos me parece que define bastante a un pueblo.” (5)

Antonio Gala.

ÚLTIMA MORADA

El poeta español Luis Cernuda imaginó así su última morada:
Donde habite el olvido,/ en los vastos jardines sin aurora;/ donde yo sólo sea/ memoria de una piedra sepultada entre ortigas/ sobre la cual el viento escapa a sus insomnios.”
 
Y en contraposición, y a modo de provocación, Jorge Luis Borges, el maestro Borges, no cree en la morada sino en personas para lograr el descanso y la eternidad.

Inscripción en cualquier sepulcro
No arriesgue el mármol temerario
gárrulas transgresiones al todopoder del olvido,
enumerando con prolijidad
el nombre, la opinión, los acontecimientos, la patria.
Tanto abalorio bien adjudicado está a la tiniebla
y el mármol no hable lo que callan los hombres.
Lo esencial de la vida fenecida
-la trémula esperanza,
el milagro implacable del dolor y el asombro del goce-
siempre perdurará.
Ciegamente reclama duración el alma arbitraria
cuando la tiene asegurada en vidas ajenas,
cuando tú mismo eres el espejo y la réplica
de quienes no alcanzaron tu tiempo
y otros serán (y son) tu inmortalidad en la tierra.
 
 
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NOTAS:
 
(1) Homeostasis (RAE): 1. f. Biol. Conjunto de fenómenos de autorregulación, que conducen al mantenimiento de la constancia en la composición y propiedades del medio interno de un organismo. 2. f. Autorregulación de la constancia de las propiedades de otros sistemas influidos por agentes exteriores.
 
(2) La referencia de Comala, es por la ciudad inventada en la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo. Dolores, madre de Pedro Preciado, motiva a su hijo que busque a su padre, Pedro Páramo, en aquella ciudad maravillosa. Al llegar Pedro a la ciudad, ésta no era más que fantasmal, poblada de murmullos y lamentos.  
 
(3) Otra ciudad inventada, y perteneciente al movimiento literario del Realismo mágico.
 
 
(5) Extracto de la entrevista realizada por Jesús Quintero, “El loco de la colina”, a Antonio Gala en: “Especial Antonio Gala: 'No me molestéis, conozco la salida.'”. Todas las entrevistas de Quintero hechas a Gala son de una exquisitez proverbial.

 

 

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