sábado, noviembre 29, 2014

SOLEDAD Y SOLITARIEDAD




La soledad elegida.
Muchos autores coinciden en que existe una limitación lingüística cuando se refieren al hecho de estar “solo, la” por decisión propia o ajena.
 
 
El sustantivo abstracto de cualidad del adjetivo “solo, la” es la soledad (del latín: solĭtas, -ātis). Y según la RAE esta palabra significa, en su primera acepción, carencia voluntaria o involuntaria de compañía; en su tercera acepción, pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo. El uso y la costumbre hacen que la tercera acepción tenga mayor vigencia que la primera. Por ejemplo, el artista y diplomático, Jacques Sagot, manifiesta que la soledad no es una elección, es una imposición, un bicho inmundo y viscoso que se adhiere a nuestras almas.
 
 
La misma dificultad lingüística tuvo, sin lugar a dudas, D. Miguel de Unamuno, y por ello, propuso el acertado neologismo “solitariedad” (1), que vendría a ser el sustantivo abstracto de cualidad del adjetivo “solitario, ria”.
 
 
Se desprende que, el iluminado filósofo español, valiéndose de la tercera acepción de “solitario,ria”: Retirado, que ama la soledad o vive en ella; formó dicho neologismo para diferenciarlo de la soledad involuntaria. Hasta hoy en día no es reconocido por la RAE 


Sagot reflexionando sobre la diferenciación que hace Unamuno dice:

« (La solitariedad es) una opción consciente, una vocación, la voluntad de un individuo que ha elegido la soledad porque en ella encuentra la paz, la meditación, o porque es latitud propicia para la creación.

« (…) En la solitariedad, el hombre sabe que tiene gente que lo espera, puede salir y volver a entrar en ella cuando le plazca. Si necesita silencio y espacios de soledad, puede habitarlos por el período que su voluntad decida. No está nunca solo porque hay seres humanos de los que dispone cuando quiera volver a salir de su autoexilio y desee reencontrar la compañía de sus semejantes. Todo lo que estos tienen que hacer es respetar su necesidad de aislamiento creativo o meditativo; eso es todo.

«La soledad va matando, y lo hace, además, lentamente. Nos divorcia del ser humano, nos insensibiliza a la solidaridad, a la caridad, a toda forma de amor. Nos retransforma, en cierto modo, en criaturas salvajes. El ser humano solo es tal en sociedad. Necesita de los demás para constituirse a sí mismo en persona.»
D. Miguel de Unamuno por R.C.

Estando de acuerdo con que la solitariedad es una elección, el proceso para alcanzarla no es sencillo. El hombre contemporáneo busca: tener (y depender) de prótesis, enajenarse (venderse) a otros, alterarse (querer ser) como otros, trascender (significar algo) para otros y escaparse (nunca conocerse) de sí mismo. Este hombre le teme a la vida sin sentido, a no alcanzar la felicidad, al aburrimiento, y le teme, sobre todo, a sus miserias, a no querer luchar contra sus fantasmas; se teme a sí mismo.
 
 
A este propósito Carlos Dossi dijo: “¿Por qué, en general, se rehúye la soledad? Porque son muy pocos los que se encuentran en buena compañía consigo mismos.”

ENSIMISMAMIENTO

Se decía que alcanzar la solitariedad no es sencillo, además porque el estado natural del cerebro es la desatención, la dispersión de ideas producto de constantes estímulos provenientes del mundo exterior; así pues, la solitariedad implica esforzarse para la concentración y entrar en el mundo interior. Este entrar en uno, que distancia a la persona su vida humana de su vida animal, se denomina, ensimismamiento.
 
 
La necesidad de ensimismarse, conforme a Ortega y Gasset (2), pasa por el siguiente proceso cíclico:  

1° el hombre se siente perdido, náufrago en las cosas, es a lo que se denomina alteración; 2° el hombre, con grandes esfuerzos, se retira a su intimidad para formarse ideas sobre las cosas y su posible dominación, es propiamente el ensimismamiento; 3° el hombre vuelve a sumergirse en el mundo para actuar en él conforme a un plan preconcebido, esto es la acción, la vida activa, la praxis.

Para el autor español, ensimismarse no es un fin, sino, un medio que busca la acción concreta del hombre en el mundo exterior.


FRASEOLOGÍA

Aristóteles: “El hombre solitario o es un dios o es una fiera.”
 
 
Epicteto: “No busquéis el bien fuera de vosotros: buscadlo dentro de vosotros mismos o nunca lo encontraréis.”
 
 
Marco Aurelio: “En ninguna parte puede encontrar el hombre un retiro más tranquilo y menos agitado que en su propia alma.”
 
 
San Agustín: “No salgas fuera de ti, vuelve a ti, en el interior del hombre habita la verdad.”
 
 
Francesco Petrarca: “He buscado siempre la vida solitaria (los ríos, los campos, los bosques lo saben) para huir de esos ingenio deformes y miopes que han perdido el camino al cielo.”
 
 
Leonardo da Vinci: “Si estás solo, serás todo tuyo, y si estás acompañado por una sola persona serás medio tuyo, y tanto menos cuanto mayor sea la indiscreción de su trato.”
 
 
Arthur Schopenhauer: “La paz de corazón verdadera y profunda y la perfecta tranquilidad del espíritu, estos bienes supremos sobre la tierra después de la salud, no se hallan sino en la soledad y, para ser permanentes, en la incomunicación absoluta.”
 
 
Friedrich Nietzsche: “En la soledad crece lo que cada cual lleva consigo, incluso la bestia interior. Así, hay que disuadir a muchos de la soledad.”
 
 
Miguel de Unamuno: “Hay que convertir en reflexión el instinto si se quiere que llegue a ser instintiva la reflexión.”
 
 
Michel de Montaigne: “En cierto modo encuentro más soportable estar siempre solo que no poder estarlo nunca.”
 
 
Lord Byron: “En la soledad es cuando estamos menos solos.”
 
 
Harry Emerson: “Todo hombre es sincero a solas: en cuanto aparece una segunda persona aparece la hipocresía.”
 
 
Gabriel Celaya: “A solas soy alguien. En la calle, nadie.”
 
 
Concepción Arenal: “La soledad se soporta tanto peor cuanto menos recursos espirituales tiene el solitario.”
 
 
H. D. Thoreau: “Jamás hallé un compañero tan sociable como la soledad.”


PERSONAJES DE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN

A la última etapa de vida del hombre, la ancianidad, se le asocia con la soledad. En Cien años de Soledad, el coronel Aureliano Buendía, después de mil batallas, regresa a la casa familiar, y García Márquez dice lo siguiente sobre él: “El coronel Aureliano Buendía entendió, que la vejez, no es más que un pacto honrado con la soledad.”
 
 
Como nos recuerda Sagot, Bethoven, necesitó el aislamiento por dos semanas en su cuarto de trabajo para componer la Misa solemne.
 
 
En Así hablaba Zaratustra, Nietzsche, comienza el libro relatando: “Cuando Zaratustra cumplió la treintena de años, se alejó de su patria y su lago, y marchó a las montañas. Allí disfrutó de su espíritu y de su soledad durante diez años, sin cansarse.” Además pone en boca de su protagonista, el sabio ermitaño, lo siguiente: “Pues bien; yo estoy hastiado de mi sabiduría, como la abeja que ha acumulado demasiada miel. Me hacen falta manos que se alarguen hacia mí.” (3)
 
 
El polímata por excelencia, Leonardo da Vinci, era un trabajador incansable, pero además, un hombre solitario, que tenía como forma de trabajo el recogimiento, la incubación de una idea. Giorgo Vasari cuenta que, cuando Leonardo pintaba La última cena, se detenía ciertas veces por horas e incluso días; para disgusto del prior de la iglesia de Santa Maria delle Grazie, que le reclamaba que continuara trabajando. Leonardo al ser regañado por el duque mecenas del trabajo respondió: “Los grandes genios a veces logran más cuando trabajan menos.” (4) En la teoría de los siete principios davincianos para desarrollar la inteligencia, Michel J. Gelb, llama a uno de ellos el Sfumato, donde propone darse tiempo para la soledad y la relajación. (5)


Autorretrato de Leonardo da Vinci

CAMINOS…

Algunos modos de llegar a la solitariedad:
 
 
La lectura es una actividad, predominantemente, individual; es una forma de pensar que separa y aleja de la realidad física al lector. La lectura propicia la concentración y la interpelación constante así mismo sobre la materia escrita.
 
 
Todo tipo de arte (poesía, pintura, música, escultura, danza, etc.) conduce a un estado contemplativo y placentero, existe pues, una satisfacción interior. El hombre se encuentra. (6)
 
 
La meditación, como técnica de concentración para la búsqueda de respuestas sobre preceptos individuales y universales.
 
 
La condición de espiritual, es decir, la espiritualidad; favorece el recogimiento según diversos motivos: morales, psíquicos, culturales y religiosos. Una persona espiritual creyente o no, busca un estado de bienestar consigo mismo.


COLOFÓN

Ni el ensimismamiento ni la solitariedad son un fin.
 
 
Ensimismarse es consecuencia de una dificultad, y (debería ser, una diligente) causa de un accionar en el mundo exterior, cualquiera que fuese. Es un medio.
 
 
La solitariedad también es un medio que busca la satisfacción de la persona consigo misma, con otros o con lo externo; además de ser un dilecto estado para la creatividad (7) y la sensibilidad.


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NOTAS

(1) Según las reglas generales orientativas para el sufijo “dad”, y sus variantes “edad”,  “iedad”, dice, en su inciso c) Los adjetivos terminados en -io/-ío, bisílabos o no, toman la forma -iedad: obviedad, vaciedad, transitoriedad, etc., salvo solidaridad y subsidiaridad, cuya forma anómala se debe al influjo de otras lenguas. Entonces: Solitariedad (cualidad de solitario).
 
(2) Según el filósofo “ensimismamiento” era única y no tenía equivalentes en otros idiomas. Hay que decir que ya existe el término en portugués “ensimesmamento”, tomado del castellano.
 
(3) Federico Nietzsche, Así hablaba Zaratustra. Primera edición. Perú, Ebisa Ediciones, 2005, 13.
 
(4) Michel J. Gelb, Inteligencia Genial. 7 principios claves para desarrollar la inteligencia, inspirados en la vida y obra de Leonardo da Vinci. Primera edición. Colombia, Editorial Norma S.A., 1999, 174.
 
(5) Michel J. Gelb, o.c., 176.
 
(6) En el aforismo 486, Nietzsche declara: “LO ÚNICO QUE HACE FALTA. Es preciso ser o un hombre ligero o un hombre aligerado por el arte y el saber.” (Friedrich Nietzsche, Humano, Demasiado Humano. Segunda edición. España, Jorge A. Mestas, Ediciones Escolares, S. L., 2007,299.)  
 
(7) Leonardo dijo: “El pintor debe ser un solitario”, siendo aplicable para los otros tipos de arte. (Michel J. Gelb, o.c., 177.)



sábado, noviembre 01, 2014

GENEALOGÍA DE JESÚS SEGÚN LA BIBLIA*


Pantocrátor del Sinaí. (s. VI)
La ascendencia de Jesús se relata en distintos pasajes de la Biblia. Uno, en el Génesis desde Adán hasta Abram, que podría secuenciarse con la del Evangelio de Mateo, como a continuación se muestra:

GÉNESIS 5: 1-30.
ADÁN (primer hombre en la tierra) – Set – Enós – Cainán – Malail – Jared – Henoc – Maturalén – Lamec – NOÉ (construyó el arca).

GÉNESIS 12: 10-32.
NOÉ (construyó el arca) – Sem – Arfaxad – Shela – Eber – Peleg – Reu – Serug – Najor – Terá – ABRAM (emigró por una promesa a Dios) .

MATEO 1: 1-17.
ABRAHAM (Dios cambia el nombre de Abram) – Isaac – Jacob – JUDÁ (padre de la tribu de Judá) – Farés – Esrón – Aram – Aminadab – Naasón – Salmón – Booz – Obed – Jesé – DAVID (segundo rey de Israel) – SALOMÓN (el más sabio de todos) – Roboam – Abías – reyes Asá: ("Josafat – Joram – Ocías – Joatán – Ajaz – Ezequías – Manasés – Amón – Josías") – Jeconías – Salatiel – Zorobabel – Abiud – Eliacim – Azor – Sadoc – Aquim – Eliud – Eleazar – Matán – Jacob – JOSÉ (el carpintero) -- JESÚS.

En cambio en el Evangelio de Lucas la genealogía de Jesús se remonta hasta Adán. Con claras diferencias entre ambos, porque se estima que Mateo incluyó, en el árbol, a mujeres destacadas; o porque José (el carpintero) tuvo dos ascendencias; una, adoptiva; otra biológica.
Según Lucas es la siguiente:

LUCAS 3: 23-38. 
ADÁN – Set – Enos – Cainam – Malaleel – Jared – Enoc – Matusalén – Lamec – NOÉ – Sem – Arfaxad – Cainam – Sala – Eber – Falec – Ragan – Seruc – Najor – Tera – ABRAHAM – Isaac – Jacob – JUDÁ – Farés – Esrón – Arní – Admín – Aminadab – Najasón – Salomón – Booz – Obed – Jesé – DAVID – Natán – Matatá – Mená – Melea – Eliaquim – Jonán – José – Judá – Simeón – Leví – Matat – Jarim – Eliecer – Jesús – Er – Elmada – Koram – Adí – Melquií – Nerib – Salatiel – Zorobabel – Resí – Joanan – Judá – José – Semeí – Matatías – Maat – Nagai – Eslí – Nahum – Amós – Matatías – José – Janaí – Melquí – Leví – Mata – Helí – JOSÉ – JESÚS.
 
En Crónicas 3: 10-24 se da una genealogía parcial a través de la descendencia del rey David.

*La Biblia. Tercera Edición. España, Ediciones Paulinas, Ed. Verbo Divino, 1987.

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NOTA
Padre – Hijo.