martes, diciembre 16, 2014

SINHÁ DE CHICO BUARQUE

A mi infinita Isa, herdeira sarará.

 
Caricatura de Chico Buarque

La canción Sinhá (2010) fue compuesta por Chico Buarque y João Bosco. La letra corresponde al primero y la música al segundo. Pertenece al álbum Chico (2011).

En cuanto a la letra, Buarque demuestra la plenitud de su talento al combinar varios elementos en una sola canción. Sinhá reúne temas históricos, sociales y sentimentales. Mas su cuidado en el asunto propio, hace de que pierda cierta dosis de encanto emocional necesario para la excelencia en la música popular. Sin embargo, la canción es confortable; y al escucharla y entenderla hace parecerle más inteligente a uno de lo que es; entonces, hay, además, una satisfacción intelectual.  

Por su lado, la música, es melodiosa y armónica por cuanto la letra se lo exige. Aquí es evidente que fue primero, la palabra. Bosco, a través de su guitarra, lo ambientó adecuadamente. Para los conciertos los arreglos estuvo a cargo de Luiz Cláudio Ramos eterno compañero de Buarque.


BISES

Constituido de tres partes divididas por un único estribillo onomatopéyico. En las dos primeras, el narrador es un esclavo negro que buscar excusarse mientras es castigado por su dueño al ser culpado de haber visto a su mujer (Sinhá) desnuda bañándose en el río. En la última parte, el narrador es el mismo cantor que declara su tormento por ser descendiente de los dos protagonistas del castigo en la historia anterior.

 
 
Se a dona se banhou
Eu não estava lá
Por Deus Nosso Senhor
Eu não olhei Sinhá
Estava lá na roça
Sou de olhar ninguém
Não tenho mais cobiça
Nem enxergo bem
 
Para que me pôr no tronco
Para que me aleijar
Eu juro a vosmecê
Que nunca vi Sinhá
Por que me faz tão mal
Com olhos tão azuis
Me benzo com o sinal
Da santa cruz

Desde la primera parte, dividida en dos estrofas, los versos ya esclarecen el tema principal de la canción; esta es la conflictividad racial (1).
 
La concisa muchedad (2) de la letra permite pormenorizar aspectos alrededor de dicha conflictividad. La cuestión religiosa en boca del esclavo negro, “Por Deus Nosso Senhor”, hace pensar en su asimilación al cristianismo, ya sea por imposición o consentimiento. En el verso, “Não tenho mais cobiça”, el esclavo exterioriza su escasa ambición propia de su condición para atreverse a espiar a la Sinhá; deduciéndose un acomplejamiento. Tras ruegos para que no sea azotado, este recurre a la piedad del ejecutor, “Por que me faz tão mal/ Com olhos tão azuis”, mencionando sus ojos azules (rasgo físico del blanco) identificándolo con la bondad. Termina esta parte, reforzando la idea de su adhesión religiosa, “Me benzo com o sinal/ Da santa cruz”. 

Eu só cheguei no açude
Atrás da sabiá
Olhava o arvoredo
Eu não olhei Sinhá
Se a dona se despiu
Eu já andava além
Estava na moenda
Estava para Xerém

Por que talhar meu corpo
Eu não olhei Sinhá
Para que que vosmincê
Meus olhos vai furar
Eu choro em ioruba
Mas oro por Jesus
Para que que vassuncê
Me tira a luz

En esta parte el esclavo, ya azotado, empieza a contradecirse. Si antes dijo que estaba lejos del lugar de baño de la Sinhá, ahora dice que estuvo ahí pero mirando hacia otra parte. Se muestra la ligación cordial del negro con la naturaleza, “Eu só cheguei no açude/ Atrás da sabiá/ Olhava o arvoredo/ Eu não olhei Sinhá”, incompatible a la del patrón que es indiferente a ella. En los siguientes versos, “Eu choro em ioruba/ Mas oro por Jesus”, el castigado ya no se identifica únicamente como cristiano, por fin declara algo constitutivo a su cultura: su lengua materna. Se viene estableciendo un sincretismo cultural a través de lo religioso (3).  

E assim vai se encerrar
O conto de um cantor
Com voz do pelourinho
E ares de senhor
Cantor atormentado
Herdeiro sarará
Do nome e do renome
De um feroz senhor de engenho
E das mandingas de um escravo
Que no engenho enfeitiçou Sinhá

Cambiando radicalmente el contexto, en esta última parte, el cantor es el narrador. Él se describe con características tanto del negro esclavo como del blanco patrón; y asume su mestizaje, “Cantor atormentado/ Herdeiro sarará”, un tanto agobiado porque no está de lado de ninguno de los dos, ya que, si bien el negro merecería más compasión que el blanco, al final el cantor aclara que la Sinhá sí fue perjudicada por aquel negro (4). Este desenlace relativiza el rol de cada uno de los protagonistas, no son ni buenos ni malos, simplemente son. Toda la conflictividad racial de la canción converge en el narrador, haciéndolo heredero de ambos, heredero de sus miserias y sus virtudes.  
 
 
¿ONOMATOPEYA DE QUÉ?
 
El estribillo, “Eri-ere-eri-ere-eri-ere-eri-e-rere”, tiene muchas interpretaciones. Lo cierto es que el aporte fue hecho por Bosco y no por Buarque. En el documental “Dia voa” Chico le pregunta a João lo que exactamente dice el coro, y luego bromea que parece el hechizo con que el negro sedujo a la Sinhá. En el blog “Decifrando a música”, su autor intenta atribuir el sonido a los latigazos que recibe el negro. El doctor en Literatura Brasileña, Walter Garcia (5), lo interpreta como un sonido disuasivo para que no se oiga la tortura hacia el negro, que se produce entre las partes arriba señaladas, mitigando el ambiente perturbador del dolor. Las tres propuestas parecen ser válidas. Empero más que signifique algo concreto parece integrarse a toda la melodía musical, si la letra es feroz la música intenta suavizarla, y el estribillo onomatopéyico acompaña el ambiente encantado propia de la canción.
 
 
EL MESTIZO BUARQUE
 
En el libro Buarque: Uma família brasileira: ensaio histórico-genealógico (2007), Bartolomeu Buarque de Holanda escribe una biografía novelada del poderoso propietario del Ingenio Samba, José Ignácio Buarque de Macedo, que se casó con una mujer nacida esclava (y liberara a los 3 años de su edad), Maria José Lima. La mujer, cuenta Bartolomeu, ejerció gran influencia entre su familia. A pesar de su analfabetismo, antepuso la educación a todos sus hijos y nietos. De esta pareja, nacerían grandes personajes de la historia del Brasil: El hijo Antonio Buarque de Macedo Lima fue ministro del Supremo Tribunal del Imperio del Brasil; el nieto Manoel Buarque de Macedo, ministro de Agricultura, Comercio y Obras Públicas del Imperio del Brasil; el bisnieto Manoel Ciridião Buarque, educador; el tataranieto Sérgio Buarque de Hollanda, historiador y sociólogo; y los choznos (6), Aurélio Buarque de Holanda, diccionarista y escritor, Cristovam Buarque, exrector de la Universidad de Brasilia, político y escritor y Francisco Buarque de Hollanda, conocido como Chico Buarque, cantautor y escritor.



Letra de Sinhá
 
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NOTAS
 
(1) Otras canciones de Chico Buarque que versan sobre lo mismo: Sinhazinha (despertar) (1983), Sinhazinha (despedida) (1983), O velho Francisco (1987), Paratodos (1993)
 
(2) “Muchedad”, cualidad de mucho; así como, “poquedad”, cualidad de poco.
 
(3) El negro pertenece al grupo étnico-lingüístico de los iorubás del África occidental que fueron llevados al Brasil en calidad de esclavos. A pesar de los siglos de esclavitud,  los iorubás conservaron costumbres que se entrelazaron con la de otras culturas. En el estado de Bahia en Brasil, se aprecia el sincretismo religioso entre los iorubás o nagôs y los católicos.
 
(4) La Sinhá fue hechizada. A propósito, el término portugués “feitiço” aportó al francés “fétiche”, y esta a su vez, al español “fetiche”; palabra que significa: Ídolo u objeto de culto al que se atribuye poderes sobrenaturales, especialmente entre los pueblos primitivos. Para saber más sobre fetiche y fetichismo véase el capítulo IV. Fetichismo, del libro Esmórgasbord de Marco Aurelio Denegri.
 
(5) Del artículo, “Elementos para a crítica da estética do racionais MC´S.
 
(6) Chozno, “Nieto en cuarta generación, hijo del tataranieto.”


 

sábado, noviembre 29, 2014

SOLEDAD Y SOLITARIEDAD




La soledad elegida.
Muchos autores coinciden en que existe una limitación lingüística cuando se refieren al hecho de estar “solo, la” por decisión propia o ajena.
 
 
El sustantivo abstracto de cualidad del adjetivo “solo, la” es la soledad (del latín: solĭtas, -ātis). Y según la RAE esta palabra significa, en su primera acepción, carencia voluntaria o involuntaria de compañía; en su tercera acepción, pesar y melancolía que se sienten por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo. El uso y la costumbre hacen que la tercera acepción tenga mayor vigencia que la primera. Por ejemplo, el artista y diplomático, Jacques Sagot, manifiesta que la soledad no es una elección, es una imposición, un bicho inmundo y viscoso que se adhiere a nuestras almas.
 
 
La misma dificultad lingüística tuvo, sin lugar a dudas, D. Miguel de Unamuno, y por ello, propuso el acertado neologismo “solitariedad” (1), que vendría a ser el sustantivo abstracto de cualidad del adjetivo “solitario, ria”.
 
 
Se desprende que, el iluminado filósofo español, valiéndose de la tercera acepción de “solitario,ria”: Retirado, que ama la soledad o vive en ella; formó dicho neologismo para diferenciarlo de la soledad involuntaria. Hasta hoy en día no es reconocido por la RAE 


Sagot reflexionando sobre la diferenciación que hace Unamuno dice:

« (La solitariedad es) una opción consciente, una vocación, la voluntad de un individuo que ha elegido la soledad porque en ella encuentra la paz, la meditación, o porque es latitud propicia para la creación.

« (…) En la solitariedad, el hombre sabe que tiene gente que lo espera, puede salir y volver a entrar en ella cuando le plazca. Si necesita silencio y espacios de soledad, puede habitarlos por el período que su voluntad decida. No está nunca solo porque hay seres humanos de los que dispone cuando quiera volver a salir de su autoexilio y desee reencontrar la compañía de sus semejantes. Todo lo que estos tienen que hacer es respetar su necesidad de aislamiento creativo o meditativo; eso es todo.

«La soledad va matando, y lo hace, además, lentamente. Nos divorcia del ser humano, nos insensibiliza a la solidaridad, a la caridad, a toda forma de amor. Nos retransforma, en cierto modo, en criaturas salvajes. El ser humano solo es tal en sociedad. Necesita de los demás para constituirse a sí mismo en persona.»
D. Miguel de Unamuno por R.C.

Estando de acuerdo con que la solitariedad es una elección, el proceso para alcanzarla no es sencillo. El hombre contemporáneo busca: tener (y depender) de prótesis, enajenarse (venderse) a otros, alterarse (querer ser) como otros, trascender (significar algo) para otros y escaparse (nunca conocerse) de sí mismo. Este hombre le teme a la vida sin sentido, a no alcanzar la felicidad, al aburrimiento, y le teme, sobre todo, a sus miserias, a no querer luchar contra sus fantasmas; se teme a sí mismo.
 
 
A este propósito Carlos Dossi dijo: “¿Por qué, en general, se rehúye la soledad? Porque son muy pocos los que se encuentran en buena compañía consigo mismos.”

ENSIMISMAMIENTO

Se decía que alcanzar la solitariedad no es sencillo, además porque el estado natural del cerebro es la desatención, la dispersión de ideas producto de constantes estímulos provenientes del mundo exterior; así pues, la solitariedad implica esforzarse para la concentración y entrar en el mundo interior. Este entrar en uno, que distancia a la persona su vida humana de su vida animal, se denomina, ensimismamiento.
 
 
La necesidad de ensimismarse, conforme a Ortega y Gasset (2), pasa por el siguiente proceso cíclico:  

1° el hombre se siente perdido, náufrago en las cosas, es a lo que se denomina alteración; 2° el hombre, con grandes esfuerzos, se retira a su intimidad para formarse ideas sobre las cosas y su posible dominación, es propiamente el ensimismamiento; 3° el hombre vuelve a sumergirse en el mundo para actuar en él conforme a un plan preconcebido, esto es la acción, la vida activa, la praxis.

Para el autor español, ensimismarse no es un fin, sino, un medio que busca la acción concreta del hombre en el mundo exterior.


FRASEOLOGÍA

Aristóteles: “El hombre solitario o es un dios o es una fiera.”
 
 
Epicteto: “No busquéis el bien fuera de vosotros: buscadlo dentro de vosotros mismos o nunca lo encontraréis.”
 
 
Marco Aurelio: “En ninguna parte puede encontrar el hombre un retiro más tranquilo y menos agitado que en su propia alma.”
 
 
San Agustín: “No salgas fuera de ti, vuelve a ti, en el interior del hombre habita la verdad.”
 
 
Francesco Petrarca: “He buscado siempre la vida solitaria (los ríos, los campos, los bosques lo saben) para huir de esos ingenio deformes y miopes que han perdido el camino al cielo.”
 
 
Leonardo da Vinci: “Si estás solo, serás todo tuyo, y si estás acompañado por una sola persona serás medio tuyo, y tanto menos cuanto mayor sea la indiscreción de su trato.”
 
 
Arthur Schopenhauer: “La paz de corazón verdadera y profunda y la perfecta tranquilidad del espíritu, estos bienes supremos sobre la tierra después de la salud, no se hallan sino en la soledad y, para ser permanentes, en la incomunicación absoluta.”
 
 
Friedrich Nietzsche: “En la soledad crece lo que cada cual lleva consigo, incluso la bestia interior. Así, hay que disuadir a muchos de la soledad.”
 
 
Miguel de Unamuno: “Hay que convertir en reflexión el instinto si se quiere que llegue a ser instintiva la reflexión.”
 
 
Michel de Montaigne: “En cierto modo encuentro más soportable estar siempre solo que no poder estarlo nunca.”
 
 
Lord Byron: “En la soledad es cuando estamos menos solos.”
 
 
Harry Emerson: “Todo hombre es sincero a solas: en cuanto aparece una segunda persona aparece la hipocresía.”
 
 
Gabriel Celaya: “A solas soy alguien. En la calle, nadie.”
 
 
Concepción Arenal: “La soledad se soporta tanto peor cuanto menos recursos espirituales tiene el solitario.”
 
 
H. D. Thoreau: “Jamás hallé un compañero tan sociable como la soledad.”


PERSONAJES DE LA REALIDAD Y LA FICCIÓN

A la última etapa de vida del hombre, la ancianidad, se le asocia con la soledad. En Cien años de Soledad, el coronel Aureliano Buendía, después de mil batallas, regresa a la casa familiar, y García Márquez dice lo siguiente sobre él: “El coronel Aureliano Buendía entendió, que la vejez, no es más que un pacto honrado con la soledad.”
 
 
Como nos recuerda Sagot, Bethoven, necesitó el aislamiento por dos semanas en su cuarto de trabajo para componer la Misa solemne.
 
 
En Así hablaba Zaratustra, Nietzsche, comienza el libro relatando: “Cuando Zaratustra cumplió la treintena de años, se alejó de su patria y su lago, y marchó a las montañas. Allí disfrutó de su espíritu y de su soledad durante diez años, sin cansarse.” Además pone en boca de su protagonista, el sabio ermitaño, lo siguiente: “Pues bien; yo estoy hastiado de mi sabiduría, como la abeja que ha acumulado demasiada miel. Me hacen falta manos que se alarguen hacia mí.” (3)
 
 
El polímata por excelencia, Leonardo da Vinci, era un trabajador incansable, pero además, un hombre solitario, que tenía como forma de trabajo el recogimiento, la incubación de una idea. Giorgo Vasari cuenta que, cuando Leonardo pintaba La última cena, se detenía ciertas veces por horas e incluso días; para disgusto del prior de la iglesia de Santa Maria delle Grazie, que le reclamaba que continuara trabajando. Leonardo al ser regañado por el duque mecenas del trabajo respondió: “Los grandes genios a veces logran más cuando trabajan menos.” (4) En la teoría de los siete principios davincianos para desarrollar la inteligencia, Michel J. Gelb, llama a uno de ellos el Sfumato, donde propone darse tiempo para la soledad y la relajación. (5)


Autorretrato de Leonardo da Vinci

CAMINOS…

Algunos modos de llegar a la solitariedad:
 
 
La lectura es una actividad, predominantemente, individual; es una forma de pensar que separa y aleja de la realidad física al lector. La lectura propicia la concentración y la interpelación constante así mismo sobre la materia escrita.
 
 
Todo tipo de arte (poesía, pintura, música, escultura, danza, etc.) conduce a un estado contemplativo y placentero, existe pues, una satisfacción interior. El hombre se encuentra. (6)
 
 
La meditación, como técnica de concentración para la búsqueda de respuestas sobre preceptos individuales y universales.
 
 
La condición de espiritual, es decir, la espiritualidad; favorece el recogimiento según diversos motivos: morales, psíquicos, culturales y religiosos. Una persona espiritual creyente o no, busca un estado de bienestar consigo mismo.


COLOFÓN

Ni el ensimismamiento ni la solitariedad son un fin.
 
 
Ensimismarse es consecuencia de una dificultad, y (debería ser, una diligente) causa de un accionar en el mundo exterior, cualquiera que fuese. Es un medio.
 
 
La solitariedad también es un medio que busca la satisfacción de la persona consigo misma, con otros o con lo externo; además de ser un dilecto estado para la creatividad (7) y la sensibilidad.


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NOTAS

(1) Según las reglas generales orientativas para el sufijo “dad”, y sus variantes “edad”,  “iedad”, dice, en su inciso c) Los adjetivos terminados en -io/-ío, bisílabos o no, toman la forma -iedad: obviedad, vaciedad, transitoriedad, etc., salvo solidaridad y subsidiaridad, cuya forma anómala se debe al influjo de otras lenguas. Entonces: Solitariedad (cualidad de solitario).
 
(2) Según el filósofo “ensimismamiento” era única y no tenía equivalentes en otros idiomas. Hay que decir que ya existe el término en portugués “ensimesmamento”, tomado del castellano.
 
(3) Federico Nietzsche, Así hablaba Zaratustra. Primera edición. Perú, Ebisa Ediciones, 2005, 13.
 
(4) Michel J. Gelb, Inteligencia Genial. 7 principios claves para desarrollar la inteligencia, inspirados en la vida y obra de Leonardo da Vinci. Primera edición. Colombia, Editorial Norma S.A., 1999, 174.
 
(5) Michel J. Gelb, o.c., 176.
 
(6) En el aforismo 486, Nietzsche declara: “LO ÚNICO QUE HACE FALTA. Es preciso ser o un hombre ligero o un hombre aligerado por el arte y el saber.” (Friedrich Nietzsche, Humano, Demasiado Humano. Segunda edición. España, Jorge A. Mestas, Ediciones Escolares, S. L., 2007,299.)  
 
(7) Leonardo dijo: “El pintor debe ser un solitario”, siendo aplicable para los otros tipos de arte. (Michel J. Gelb, o.c., 177.)



sábado, noviembre 01, 2014

GENEALOGÍA DE JESÚS SEGÚN LA BIBLIA*


Pantocrátor del Sinaí. (s. VI)
La ascendencia de Jesús se relata en distintos pasajes de la Biblia. Uno, en el Génesis desde Adán hasta Abram, que podría secuenciarse con la del Evangelio de Mateo, como a continuación se muestra:

GÉNESIS 5: 1-30.
ADÁN (primer hombre en la tierra) – Set – Enós – Cainán – Malail – Jared – Henoc – Maturalén – Lamec – NOÉ (construyó el arca).

GÉNESIS 12: 10-32.
NOÉ (construyó el arca) – Sem – Arfaxad – Shela – Eber – Peleg – Reu – Serug – Najor – Terá – ABRAM (emigró por una promesa a Dios) .

MATEO 1: 1-17.
ABRAHAM (Dios cambia el nombre de Abram) – Isaac – Jacob – JUDÁ (padre de la tribu de Judá) – Farés – Esrón – Aram – Aminadab – Naasón – Salmón – Booz – Obed – Jesé – DAVID (segundo rey de Israel) – SALOMÓN (el más sabio de todos) – Roboam – Abías – reyes Asá: ("Josafat – Joram – Ocías – Joatán – Ajaz – Ezequías – Manasés – Amón – Josías") – Jeconías – Salatiel – Zorobabel – Abiud – Eliacim – Azor – Sadoc – Aquim – Eliud – Eleazar – Matán – Jacob – JOSÉ (el carpintero) -- JESÚS.

En cambio en el Evangelio de Lucas la genealogía de Jesús se remonta hasta Adán. Con claras diferencias entre ambos, porque se estima que Mateo incluyó, en el árbol, a mujeres destacadas; o porque José (el carpintero) tuvo dos ascendencias; una, adoptiva; otra biológica.
Según Lucas es la siguiente:

LUCAS 3: 23-38. 
ADÁN – Set – Enos – Cainam – Malaleel – Jared – Enoc – Matusalén – Lamec – NOÉ – Sem – Arfaxad – Cainam – Sala – Eber – Falec – Ragan – Seruc – Najor – Tera – ABRAHAM – Isaac – Jacob – JUDÁ – Farés – Esrón – Arní – Admín – Aminadab – Najasón – Salomón – Booz – Obed – Jesé – DAVID – Natán – Matatá – Mená – Melea – Eliaquim – Jonán – José – Judá – Simeón – Leví – Matat – Jarim – Eliecer – Jesús – Er – Elmada – Koram – Adí – Melquií – Nerib – Salatiel – Zorobabel – Resí – Joanan – Judá – José – Semeí – Matatías – Maat – Nagai – Eslí – Nahum – Amós – Matatías – José – Janaí – Melquí – Leví – Mata – Helí – JOSÉ – JESÚS.
 
En Crónicas 3: 10-24 se da una genealogía parcial a través de la descendencia del rey David.

*La Biblia. Tercera Edición. España, Ediciones Paulinas, Ed. Verbo Divino, 1987.

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NOTA
Padre – Hijo.

miércoles, octubre 01, 2014

AVES DE PASO PARA JOAQUÍN SABINA

"A las flores de un día,
que no duraban, que no dolían,
que te besaban, que se perdían."
(Joaquín Sabina)
 
Caricatura de Joaquín Sabina

El universo del cantautor Joaquín Sabina es lo urbano. Cuenta que la mejor decisión que tomó fue largarse de joven de su pueblo natal (1), Úbeda, hacia alguna capital, donde encontraría: hombres y mujeres dispuestos a vivir de noche, bares con asientos disponibles para todos, cafés de miradas cómplices. Una vida nocturna, pisando el acelerador; tras una diurna, de sonambulismo (2).  

Sabina que, también, mamó de grandes poetas y músicos que hablaron sobre ambientes bucólicos trasladó esas formas magistrales de descripción para la citadino. Una mirada realista de la ciudad que por lo general es pesimista.

Las filólogas hispánicas Caro y González, escriben:

Debido a la calidad artística y la función de crítica social de sus letras, hoy en día se considera a Sabina uno de los grandes cantautores de lengua castellana de las últimas décadas, pero también hay que atribuirle el mérito de ser padre del “country” español, debido a la instrumentación musical y a la ambientación urbana de sus composiciones, donde plasma una filosofía de vida propia de ese antihéroe cotidiano que somos un poco todos cuando pululamos canallamente entre la gente sin otro ideal que el desengaño.”

Pero consciente, este cantautor, de que en todo hay compensaciones. Tras una vida de fracasos siempre habrá consuelos. Uno de ellos: Los amores pasajeros.
 
Joaquín Sabina canoniza a la mujer (3); por ello, el hombre, generalmente, melancólico y derrotado la busca en la noche (4).  Los encuentros amorosos pueden darse por transacciones profesionales cordiales (5), por aproximaciones causales de una sola vez, o por diligentes y pacientes trabajos de amor disperso, como el vate Jaime Gil de Biedma, acertadamente escribió:

“Aunque sepa que nada me valdrían/ trabajos de amor disperso/ si no existiese el verdadero amor.”

 Aquí el repertorio (6):
 

7. Aves de paso.

“Aves de paso/ como pañuelos curan/ fracasos.”
 


6. Juegos de azar.

“Qué nos sucedió/ que acabamos desnudos/ jugando abrazados/ sobre el parquet/ al juego del amor.”
 


5. Y nos dieron las diez.

“Yo quería dormir contigo/ y tú no querías dormir sola.”
 


4. Y si amanece por fin.
 
“Hoy tienes una ocasión/ de demostrar que eres una mujer,/ además de una dama.”
 


3. Medias negras.

"Así que fuimos hasta/ mi casa, “que es el polo”, le advertí./ “Con un colchón nos basta,/ de estufa, corazón, te tengo a ti"."
 


2. Peor para el sol.

“…olvidando que me has conocido,/ que una vez estuviste en mi cama./ Hay caprichosos de amor que una dama/ no debe tener.”
 


1. Donde habita el olvido.

“Desnudos pero extraños/ nos vio roto el engaño de la noche./ la cruda luz del alba/. Era la hora de huir,/ y se fue, sin decir:/ “Llámame un día".”
 

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NOTAS

(1)  Tan joven y tan viejo, canción autográfica.

(2) En la canción, Caballo de cartón, Sabina describe la terrible realidad diurna de su novia.

(3) “Y yo que nunca tuve más religión que el cuerpo de una mujer”, frase de Medias negras 

(4) En la canción, Negra noche, Sabina enmarca su modelo de noche por excelencia.

(5) En: Magdalena, Viridiana, Por el túnel, entre otras; Sabina manifiesta su cariño y respeto por las putas.

(6) De la extensa obra de Sabina, se rescatan las siguientes canciones que hablan sobre el tema tratado: Por el túnel, Viridiana, Más guapa que cualquiera, Magdalena, El caso de la rubia platina,  Cuando era más joven, Quédate a dormir, Como un explorador, Sé jugarme la boca, Negra noche, Y sin embargo, Tan joven y tan viejo, Corre, dijo la tortuga, Besos en la frente.