La música popular significa, para cualquier pueblo, el estado anímico y la idiosincrasia de su gente. Algunos dicen que las hay con letras y acordes más sofisticados que otras. El terreno de la técnica no determina en el sentimiento. No hay cosa más artística para un pueblo que su música popular. Jiménez es uno de los grandes representantes de la música popular Indoamericana. Un artista cabal, del que, por ejemplo, habla Chavela Vargas, nunca lo vio leyendo un libro en los años que lo conoció, pero, eso sí, siempre con un tequila en la mano y contando sus penurias. En José Alfredo no hay preparación, hay sentimiento. Cada canción suya describe con palabras sencillas sentimientos complicados. Sentimientos transgresores e infatigables de nostalgia.
El mariachi es aquel hijo de la chingana, es aquel pueblo melancólico, es el tequila. El mariachi, por excelencia, es José Alfredo Jiménez.
5. Botas de charro.
"Qué coraje/me daba conmigo/andaba descalzo/y a ti te gustaban las botas de charro."
4. No me amenaces.
"Porque estás te vas/y no te has ido/y yo estoy/esperando tu amor/o esperando tu olvido."
3. El último trago.
"Tómate esta botella conmigo/en el último trago nos vamos/quiero ver a qué sabe tu olvido/sin poner en mis ojos tus manos."
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2. Las ciudades.
"La distancia/aparta las ciudades/las ciudades/destruyen las costumbres."
1. Que te vaya bonito.
"Cuantas cosas quedaron prendidas/hasta dentro del fondo de mi alma/cuantas luces dejaste encendidas/yo no sé cómo voy a apagarlas."